Entre tejidos de algodón con estampados florales, combinado con cuadros vichy, maderas, mimbres y una colección de nuevos amigos… así daba la bienvenida su nueva habitación al pequeño T. Un espacio acogedor lleno de guiños clásicos pero totalmente renovados. La mecedora pertenece a la familia desde hace décadas, nos parecía ideal restaurarla y adecuarla al estilo del resto de habitación. El rosetón de escayola pintado del mismo tono de los papeles pintados, así como el radiador hilan todos los elementos de la estancia sin caer en algo excesivamente coordinado. Además, los detalles en mimbre nos mantienen en un espacio de siempre donde es fácil sentirse en casa desde el primer día.