Cada proyecto suele ir acompañado de una meta particular; la mayoría de las veces suele ser un sentimiento de compromiso con nuestro cliente y de ver «esa parte especial» que definirá el trabajo. En realidad , esto va más allá de saber detectar las necesidades particulares de cada familia con su casa o cada equipo con su negocio en el caso del contract. Esto se refiere más a movernos entre matices, ponernos en el lugar de nuestro cliente, hacer de su proyecto el nuestro y de una conexión absoluta entre ellos y nuestro estudio.
Nos encantará contaros qué nos movió a trabajar en este proyecto en concreto y en llegar al detalle, esa parte que tanto disfrutamos.


J. nos transmitió una necesidad de cambio radical, un cambio de dirección del que íbamos a formar parte. Una vez tuvimos las directrices marcadas ella se despidió de nosotras con una cuenta atrás marcada en el calendario. A partir de ahí comenzamos a trabajar con libertad absoluta; no hubo visitas a obra con el cliente ni tampoco dudas. Y si las hubo nos dejamos guiar por nuestra intuición, experiencia y por ponernos en el lugar de J. y, como os decíamos, vivir el proyecto como si fuera nuestro.






Para El Solet apostamos por la mezcla de color y estampados convirtiendo el espacio en un lugar divertido, alegre y que iba a la par de la identidad que J. iba afianzando en esta nueva temporada.
Obviamente incluimos guiños al punto geográfico donde nos encontramos pero queríamos huir de un diseño 100% verano. Nos apoyamos de la iluminación para hacer de El Solet un lugar íntimo, agradable también en invierno y perfecto para reuniones de trabajo, con amigos o ese lugar ideal donde evadirse uno mismo.









El Solet. Paseo Pérez Bayer, 37 Benicasim, Castellón.